Los problemas a la hora de comer son comunes en los niños con trastornos del espectro autista.
Comer puede ser bastante estresante para el niño y su familia.
Los problemas médicos asociados al TEA, de maduración, los problemas de conducta y los trastornos del procesamiento sensorial (gusto, el olor, la textura) afectan la manera de alimentarse de estos niños, afectando la conducta alimentaria.
1. TRASTORNOS DEL PROCESAMIENTO SENSORIAL
¿Qué es la integración sensorial?
Es la capacidad que tiene nuestro cerebro de recibir información proveniente del entorno captada por los diferentes sistemas sensoriales (oído, gusto, olfato, tacto, vista, propioceptivo,
vestibular) y procesarla, para luego dar respuesta.
Según cómo procese nuestro cerebro esta información, interactuamos de una manera u otra.
Ninguna persona tiene una integración sensorial perfecta, pero podemos decir que es adecuada si nos permite participar en las Actividades de la Vida Diaria de una manera satisfactoria. En caso contrario, hablaríamos de una disfunción del procesamiento sensorial.
La alimentación involucra cada uno de los sistemas sensoriales (tacto, vista, gusto, olfato y audición). Muchos niños con TEA tienen problemas con el procesamiento sensorial, y esto puede hacer que el comer ciertos alimentos sea un desafío para ellos.
Algunas personas con TEA pueden tener disfunción del procesamiento sensorial, que puede manifestarse como:
Hipersensibilidad (muy sensibles)
Hiposensibilidad (poco sensibles)
Esto quiere decir que un mismo sonido, para algunos puede resultar imperceptible, mientras que a otro niño (hipersensible) puede resultarle Hasta doloroso.
¿Cómo impacta el trastorno del procesamiento sensorial en la alimentación de los niños?
En ocasiones podremos ver que el niño no se deja tocar la cara, y sobre todo la parte que rodea la boca (orofacial). A su vez cepillar los dientes puede convertirse en una misión muy complicada por la resistencia del niño.
Ante alimentos de consistencias mixtas es habitual una postura de rechazo, y presenta reflejos de vomito cuando se le fuerza. Puede mantener la comida en la boca durante mucho tiempo, o directamente escupirla, cualquier cosa para no tragarla. Puede presentar reacciones que a priori parecerán exageradas, con arcadas, detección de pequeños cambios en las texturas de la comida, muy sensibles a variaciones de temperatura. En casos de una hipersensibilidad excesiva en la zona orofacial será recomendable consultar al especialista para que hagan trabajos específicos de forma que se reduzca la reacción adversa del niño. También encontraremos niños que no soportan tener la cara húmeda con rastros de comida.
2. TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN RELACIONADOS CON LA CONDUCTA
La rigidez hacia los cambios o los intereses restringidos son características habituales en las personas con TEA. Esto puede interferir en la ingesta de alimentos.
Algunos de los problemas relacionados con la conducta a la hora de alimentarse son:
• Rechazo absoluto a probar nuevos alimentos
• Obsesión por comer siempre lo mismo
• Fijación con determinadas texturas, sabores, olores temperaturas,
• Obsesión con determinadas marcas o con los envases. Por ejemplo, el niño solo come una marca determinada de yogur, el fabricante cambia el diseño del envase y el niño ya NO quiere el yogur.
Los investigadores han encontrado que el 69% de los niños con TEA no están dispuestos a probar nuevos alimentos, y el 46% tienen rituales en sus hábitos alimentarios.
La hiperselectividad alimentaria de niños con TEA genera grandes problemas a la hora de la comida. El niño sencillamente se niega a ingerir alimentos que no estén dentro de su "lista" de alimentos admitidos (neofobia), este hecho genera una mala calidad en la nutrición del niño y a su vez un elevado nivel de desesperación y estrés en los padres y cuidadores.
Otros problemas conductuales que podemos encontrar son los relacionados con la conducta de pica, donde el niño ingiere o lame sustancias que a priori no son alimenticias, como tierra, insectos, papeles, heces.
También nos podemos a encontrar con conductas de ingesta compulsiva de alimentos (polifagia), no presentando el niño una saciedad controlada. Otro problema es el relacionado con la inapetencia o falta de apetito por parte del niño.
Pero también nos vamos a encontrar con problemas de tipo médico, en algunos casos estos están causados por las conductas que generan estos desordenes, los cuales a su vez generan trastornos del aparato digestivo. Los más habituales son: Dolor abdominal, estreñimiento, diarrea, vómitos (en muchos casos vómitos cíclicos), encopresis, regurgitación y rumiación, intestino irritable, disbiosis. Trataremos de estos en otro capítulo.
Ayudar a su hijo a resolver los problemas a la hora de comer puede convertirse en un proceso largo y lento, pero bien vale el esfuerzo para obtener buena salud y mejor flexibilidad con los alimentos.
Dra. Natalia Azubel
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